(...)Quien sabe cuando empezó el romance, pero hace veinte años, entre noviembre y diciembre de 1984, en Villa Adelina y bajo el amparo de la familia Vitale, Patricio Rey grabó "Gulp.", primer álbum de una decena que hizo de ese personaje (el soberano que descuella por sus virtudes) un mito tan enigmático como popular. En 1984, Sumo instalaba su remolino de ideas, importadas de Europa por Luca Prodan, y se preparaba para su debut grande con "Divididos por la felicidad". Los Abuelos de la Nada apuraban el pop con el impecable "Himno de mi corazón"; Soda Stereo y sus peinados debutaban en estudios con el álbum homónimo, producido por Federico Moura, que justamente andaba con Virus por su cuarto vinilo con "Relax". Spinetta Jade entraba en la era digital con "Madre en años luz"; Charly García seguía su ascenso con "Piano Bar", y Los Twist se adueñaban de las radios (y del verano) con "Cachetazo al vicio". Pero con Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota pasaba algo distinto. Hacia varios años que practicaban una suerte de recital-performance, y ya se habían resistido a formar parte de aquella explosión rockera en la Guerra de Malvinas, cuando los grandes sellos absorbieron una enorme cantidad de bandas que giraban por el circuito under. Solo habían hecho circular un demo, pero sus recitales eran parte de la pequeña mitología rockera. Lo que comienza con "Gulp." es la parte de la historia que aún hoy, tres años y medio después de su ultimo concierto, alimenta el deseo de ese par de generaciones de verlos otra vez juntos sobre un escenario.(...)
(Completo en http://www.gacemail.com.ar/notas.php?idnota=1275)
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